Soberanía para la seguridad alimentaria

Reflexiones desde la Cátedra de Agricultura Campesina y Alimentación ante el proceso que está conduciendo la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias

En los 200 años de  historia de nuestro país, diversas han sido las políticas agrícolas y alimentarias implementadas. Poder alimentar a toda la niñez, el medio litro de leche, desarrollar huertos obreros familiares, darle tierras a inquilinos, de querer ser potencia agroalimentaria, entre muchas más. En el camino, han habido muchos avances tecnológicos, que se han insertado en nuestro día a día. En la agricultura, existe maquinaria agrícola capaz de hacer en menor tiempo lo que podría hacer un agricultor con su yunta de bueyes. Pero también han surgido problemas sociales y ambientales. El cambio climático, la sequía, la disminución de la biodiversidad, la inseguridad alimentaria, el aumento del precio de los alimentos, la disminución del mundo campesino, además de la pandemia iniciada el 2020 y la crisis de Ucrania con Rusia, dan cuenta problemas que nos urge repensar. Pensar en los aciertos y errores que hemos ido cometiendo en el tiempo. 

Con ánimos de reflexionar y transformar los sistemas alimentarios a unos más sostenibles, saludables, justos, centrados en los derechos de las personas y considerando la alimentación como un derecho humano; en el cuidado del ecosistemas y en la protección de la biodiversidad; entre otros, es que el gobierno, mediante la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) del Ministerio de Agricultura, conformó la Comisión Nacional de Seguridad y Soberanía Alimentaria. En ella participan representantes del sector privado, público, organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales e instituciones académicas. Su gran objetivo es identificar medidas de corto, mediano y largo plazo que garanticen el acceso de alimentos de calidad a la población. Integrantes de nuestra Cátedra de Agricultura Campesina y Alimentación han participado en las instancias generadas, aportando con planteamientos e ideas al trabajo de la comisión.

Imagen del Ministerio de Agricultura

Actualmente estamos en la fase II de la comisión, la cual tiene por objeto desarrollar una estrategia nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria. Entendemos seguridad como los componentes relacionados a la disponibilidad, logística y acceso para alimentarnos adecuadamente en cantidad y calidad. Pero es importante considerar otro elemento en la ecuación: el concepto de soberanía. El diagnóstico por parte del gobierno, instituciones internacionales, de organizaciones civiles y de la academia, es el siguiente:

  • Estamos en un periodo de crisis climática que acentúan las desigualdades sociales y los problemas medioambientales, donde se tienen que tomar tanto acciones locales como globales para contrarrestarlas. Por ello, la Organización de las Naciones Unidas ha recalcado que es importante avanzar en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 
  • Existe una alta dependencia por productos importados. Con la pandemia y la guerra en Ucrania, la economía familiar se ha visto apretada por el alza de los costos de vida, incluyendo la alimentación. Esto, porque entre otras cosas, aumentó el valor de los combustibles, hay menos importación de ciertas materias primas, hay menor oferta en el mercado nacional, suben los costos. Por ejemplo, en los últimos 10 años, ha habido una disminución del 28% de la superficie que va dirigida a cultivos anuales. En el año 2020, un 71% de las legumbres fueron importadas, a pesar que tiempo atrás, la producción a nivel nacional era mayoritaria. Estos números indican la existencia de políticas que favorecen enormemente sistemas agroexportadores, en desmedro del consumo local
  • Las tasas de obesidad continúan en aumento, sobre todo en la población infantil. Existen diversas enfermedades crónicas que tienen en su base una mala alimentación y por tanto, una malnutrición. En general, el consumo de alimentos ultraprocesados, y el bajo consumo de alimentos frescos, han ido desarrollando este escenario.
  • Existen variados sistemas alimentarios, aquellos que tienen un componente principal en la pequeña producción vs a gran escala; la que responde a una larga cadena de intermediarios y donde el número de intermediarios es menor (más directo la producción con el consumo); uno donde interviene con mayor fuerza el estado vs uno que responde a los vaivenes del mercado; etc. En función de estás diferencias, serán los actores que estén presentes en la cadena quienes compondrán uno u otro sistema alimentario. Podemos nombrar a los productores, intermediarios y consumidores; también el estado desde sus instituciones públicas, las universidades en el desarrollo de investigaciones y propuestas de políticas públicas, instituciones privadas de distinta índole; todo mediado por los recursos presentes, el medio ambiente, la legislación y sus regulaciones.

Soberanía para la seguridad alimentaria, en resumen, busca generar estrategias que permitan potenciar la producción y la economía local, incentivando que las cadenas de suministro puedan ir avanzando hacia sistemas más locales y nacionales.

Fueron las organizaciones campesinas, articuladas mediante la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC y La Vía Campesina, LVC, en dar fuerza a la idea de Soberanía Alimentaria por primera vez. La idea principal es que las propias comunidades, territorios locales, regionales y nacionales sean las que definan y construyan su forma de funcionamiento de un sistema alimentario.

Como el programa Siembra por Chile, la estrategia de seguridad y soberanía alimentaria apunta a fortalecer el sector productivo primario y su consumo a nivel interno. Esto no apunta a eliminar la exportación ni la importación de productos. Vivimos en un mundo globalizado y el intercambio entre naciones va a seguir existiendo. Las reglas de esa relación pueden ser modificadas, pero no indica para nada que no mantendremos intercambios. Lo que significa, sí, es regular la balanza. Cada grano de maíz más que se consuma a nivel interno, será un grano menos que se importará. Esto, llevado a millones de toneladas, significan los cambios que se plantean en esta columna. Es lógico que exista una especie de miedo por parte de ciertos sectores a estos cambios. La palabra soberanía  tiene implicancias políticas y técnicas, pero no es un concepto acabado. Tiene principios y el país tendrá que ir construyendo su camino

Fotografía de Juan José Toro Letelier

La historia nos dice que podemos aprender del camino. Vivimos tiempos de cambios y de grandes crisis sociopolíticas y medioambientales. La lectura de lo que hemos hecho y hacemos son necesarias si queremos afrontar los tiempos que se vienen. Por ello invitamos a todas y todos a pensar, repensar, reflexionar por el mundo que queremos hacer.

Cátedra de Agricultura Campesina y Alimentación, Universidad de Chile

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